Inmersos como estamos en estos tiempos de confinamiento obligado para defendernos de la pandemia mundial provocada por el virus COVID-19, más conocido por coronavirus, es momento de recordar, a través de las numerosas digitalizaciones documentales que ofrecen nuestros portales Memoria digital de Canarias (mdC) y Jable. Archivo de prensa digital que, también en el Archipiélago canario, cualquier tiempo pasado fue peor.

Placa en la Atalaya de Santa Brígida (Gran Canaria) de enterramientos de la epidemia de cólera morbo
A lo largo de los cinco siglos transcurridos de nuestra reciente historia archipelágica, hemos padecido epidemias, la mayoría catastróficas, que la documentación que divulgamos en línea se encarga de recordarnos. Desde la desconocida modorra que mató a buena parte de la población aborígen en los años de la conquista del Archipiélago, la peste bubónica en los siglos XVI al XVIII, pasando por la fiebre amarilla y la catástrofe del cólera morbo en el XIX o la gripe mal llamada «española» de la pasada centuria, las epidemias han sido y son parte consustancial de la historia del Archipiélago Canario.

La ciudad se despuebla. Angustioso llamamiento a D. Bernardino Valle y Gracia, alcalde de Las Palmas (1920)
En un pasado no tan lejano el panorama era de una economía de subsistencia cuando no de hambre para la población en general, acompañada de un nivel educativo a veces inexistente, sin ciencia que ayudara ni tampoco adopción de las más elementales medidas higiénicas por ser desconocidas, teñido todo ello de superstición y de resignación ante lo que muchas veces se consideraban calamidades sobrenaturales. Si, para empeorarlo, se sucedían periodos de sequías, ataques de los estados confrontados a la Corona española o plagas que asolaban los campos y el ganado, la población estaba indefensa ante enfermedades que, cuando se producían, provocaban una enorme mortandad.